«Respeta a tus padres “.
Este es un mandamiento que no se puede olvidar. Hacerlo sería no hacer caso al amor entrañable de Dios que nos ha querido donar el amor de nuestros padres. El miedo de perderlos no se puede contar. Solo lo experimentas y casi te da rabia pensar que Dios, ahora, en un preciso instante de tu vida, te quite a quien te dio vida. En esta noche silenciosa miro la cara de mi madre en una cama de hospital. Mañana le van a operar. Todos esperamos. Su pelo blanco, su debilidad casi de niña me desgarra el corazón. Percibo que Dios está aquí. Me sereno. “Como un niño en brazos de su madre, así está mi alma”. Y bendito sea Dios que tanto nos quiere…
Caterina FI
@catcirie