María Suay tiene 21 años y es de de Vinarós (Valencia). Ha acabado 4º de Medicina y este verano ha participado en el campo de trabajo de «Contruyendo Puentes» (Almería) y nos cuenta su experiencia:
Esta experiencia me ha sorprendido en todos los sentidos. Ya desde el primer día, aunque no nos conocíamos había un ambiente de compromiso y una gran conexión entre nosotros. Cada uno traía su mochila, éramos todos diferentes y de distintas partes de España, pero teníamos algo en común: las ganas de ayudar a los niños del barrio y el seguir a Dios.
A lo largo del campo de trabajo fuimos descubriendo distintas realidades que a todos nos movieron por dentro y que hacen que nos volvamos a casa con la mente un poquito más abierta y más compasiva hacia realidades tan duras como la inmigración o la explotación laboral. Les hemos puesto nombres y rostros a esas historias que salen en la televisión o se comentan en el bar y nos hemos dado cuenta que la realidad y lo que se cuenta no se parecen tanto como creíamos.
Pero este campo de trabajo también me ha hecho ver que, pese a que en el mundo hay muchas injusticias, también hay muchísimas personas que trabajan cada día para ayudar, animar o solamente acompañar a aquellos que las sufren. Este campo me ha servido para reafirmarme en que mi manera de vivir a Dios es desde la espiritualidad ignaciana y que a partir de ella puedo ayudar a los demás y ser feliz.
Solo me queda dar las gracias a los que han organizado y han hecho posible esta experiencia y a todos aquellos “rostros invisibles” que han compartido con nosotros un trocito de su historia.
Gracias.
Y si quieres leer una crónica en clave de memoria agradecida escrita por Naike Martín FI de este Campo de trabajo, pincha aquí