Impresiones Ignorantes (y VI): Nombres
30 agosto, 2019
PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 465
9 septiembre, 2019

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 464

Carta nº 464     Julio 1912

 

“… si nos persuadimos de que estamos continuamente en la presencia de Dios, ¡qué adelantos haríamos en la virtud y qué perfectas serían nuestras obras desde que nos levantamos hasta que nos acostamos!

 

Y llegó septiembre. Casi sin darnos cuenta ha llegado la hora de empezar un nuevo curso, nuevas oportunidades de guiar, acompañar, escuchar y poner en marcha esos proyectos y sueños que nos han rondado durante este verano. O simplemente retocar aquellos que hicimos el curso pasado y que los podemos mejorar. Hoy iniciamos una semana de ajustes, antes de que lleguen los protagonistas de nuestro hacer, nuestros alumnos. Semana para cuadrar, organizar, limpiar, reuniones, saludos, besos y abrazos llenos de buenas intenciones y agradecidos por tener una familia que vuelve a reunirse. Siempre agradecidos.

 

Aún resuena en el corazón lo vivido en Granada, lo sentido en Granada, Y es que Granada tiene algo especial, es que ese trocito que va desde el Faragüit a Neptuno tiene algo de embrujo. Y en el centro del valle está el corazón, el rincón que acoge como familia, escucha como familia y agradece como familia. Por eso, sencilla y eternamente, agradecido. Incluso me atrevo a decirlo en nombre de los 17 de Murcia que tuvimos la suerte de vivir ese encuentro. ¡Gracias!

 

La M. Cándida se cruza en este inicio de mes y nos invita a vivir convencidos de la presencia de Dios en nuestras vidas. Ella sabe cómo cambiarían nuestras vidas si tomáramos conciencia de esta presencia, si nuestro día a día fuese así desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Sin obsesión, sino dejándonos llevar por esta presencia que solo nos aporta adelantar en la virtud. Hay gestos que delatan, que bien delatan formas de pensar y ser. Propongo uno para seguir la invitación de la M. Cándida. Propongo hacer la señal de la cruz por la mañana al poner los pies en el suelo cuando nos levantamos y volver a hacerla cuando el cansancio asoma y estamos en ese momento antes de acostarnos. Ponemos el día en sus manos y lo cerramos dando gracias y sabedores de su misericordia para todo aquello que no ha salido bien.

 

Siguen resonando gestos, caras, sonrisas, abrazos, miradas, fotos, camisetas, llamadas, sencillez, rosas, caras de vida entregada a los demás que ahora necesitan que los demás les ayuden, bondad, pasillos y rincones que evocan ratos de silencio y oración, terraza que recuerda momentos de alegría inmensa, de risas y compartir un trozo de la noche, eucaristía compartida y extensa homilía, en definitiva, sigue resonando felicidad y alegría desde un carisma compartido. Momentos que durarán mucho, porque se han quedado atrapados en el corazón.

 

La ilusión y el agradecimiento son los pilares para arrancar este mes. Ilusionados y agradecidos, sin buscar primeros puestos, con la humildad de la que nos hablaba Lucas ayer y la que aprendimos cuando iniciamos nuestra tarea educativa hace algunos años. De todas las Hijas de Jesús aprendimos y hemos intentado transmitir lo compartido.

 

Se trata de creer y vivir. Se trata de creer y vivir con esperanza. Se trata, en definitiva, de escuchar llamadas y sentir al que te dice: Cree. Y caminar confiados en esa presencia de Dios en nuestras vidas.