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PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 461

Carta nº 461     Julio 1912

 

“Jesús, que debe ser siempre nuestro modelo en todas nuestras acciones”

 

A veces, algunas veces, buscamos modelos que nos ayuden a encontrar la solución a nuestras acciones, modelos que nos ayuden a saber cómo debemos hacer las cosas. A veces, algunas veces, nos encontramos perdidos y necesitamos modelos para seguir caminando, modelos a los que imitar, modelos a los que seguir. Hoy las redes sociales nos plantean modelos de ropa, de juguetes, de música, modelos de todo, pero esto tiene truco, estos modelos tienen un interés personal, estos modelos buscan lo que buscan, por eso necesitan muchos seguidores. Son modelos que no siembran desinteresadamente. Hoy necesitamos modelos de verdad.

 

Hoy la M. Cándida nos diría que si queremos un modelo a seguir, que si buscamos un modelo que merezca la pena, no debemos dudar. Ese modelo es siempre, Jesús. Y reconozco que esta perla de la M. Cándida, es una de esas perlas de las que se puede decir que firmó con su vida, con sus acciones y decisiones. Ni un solo momento de su vida se fue buscando otro modelo. Tan claro lo tenía que “solo” vivió con esa referencia. Creo de verdad que Jesús fue siempre su modelo.

 

Como escuchamos ayer en la carta a los hebreos:

 

“La fe es fundamento de lo que se espera, y garantía de lo que no se ve”.

 

Así fue la vida de la M. Cándida. A través de la fe descubrió el fundamento de lo que se espera, a través de la fe descubrió que el fundamento de su vida es Dios. Y desde ahí vivió. Y desde ahí escribió, Y desde ahí, siempre, aconsejó. No necesitaba ver más, saber más. No le hacía falta. No necesitaba seguidores. Dios se encargaba de ese asunto. No necesitaba sembrar interesadamente, ya se encargaba Dios de ese asunto. Ella sólo vivía confiada en Dios y sabedora de quién se había fiado. Sabía que, independientemente de cómo funcionaran las vocaciones, las fundaciones, la economía, los celos internos… Dios siempre estaría pendiente de ellas, las cuidaría como buen Padre, las protegería como un padre protege a sus hijos, las orientaría para que pudieran lograr aquello que mejor respondiera a la mayor gloria de Dios, pues eso es lo que buscaban y a eso entregaron su vida.

 

Hoy necesitamos modelos que nos ayuden a enderezar nuestras curvas, necesitamos modelos que nos digan cómo salir de situaciones que nos vienen sin buscar, necesitamos modelos que nos digan que, a pesar de todo, tenemos que seguir confiando. Y Dios nos pone modelos en las vidas de los santos, de los canonizados y de los que todavía no lo son. Sus vidas hablan de Dios, sus acciones hablan de evangelio. Ese es el truco y esa es la diferencia entre modelos. Mientras unos hablan de Dios, otros hablan de ellos mismos.

 

La perla de hoy es una invitación a buscar en Jesús nuestro modelo de vida, a encontrar en Jesús la fuerza y el motivo para seguir caminando. Y si no sabemos cómo hacerlo, escuchemos a los que lo intentaron y que hoy, desde el cielo y desde la tierra, no se cansan de ayudar, de hablar con su vida de lo que llena su corazón.