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PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 445

Carta nº 445      Enero 1912

 

“haciendo todas las cosas por Dios y para Dios…podemos hacer mucho con nuestro buen ejemplo… pues el ejemplo atrae más que las palabras”

 

¡¡Feliz Pascua de Resurrección!!

La experiencia de Galilea, después de los intensos días vividos en Jerusalén, es la experiencia de quien cree porque ha visto y de quien cree, aunque no ha visto con los ojos con los que los discípulos le vieron. Y hoy, la Madre Cándida se suma a esta fiesta con algo más que palabras. Nos explica con su claridad y sencillez cómo tenemos que hacer las cosas, cómo tenemos que vivir y nos dice que las cosas deben ser por Dios y para Dios, nos marca la meta: Dios; y nos dice cómo tenemos que hacer bien ese camino.

 

Hacer las cosas por Dios es encontrar la razón de nuestros pasos, es descubrir que mi vida tiene un sentido y hacia Él dirijo mis acciones. Hacer las cosas por Dios es, a veces, cambiar el rumbo y la actitud en la vida, como le ocurrió a los discípulos de Emaús. Hacer las cosas por Dios es, a veces, dudar, pero seguir, porque hemos encontrado el motor de nuestra vida, el que me hace dar pasos de confianza y de búsqueda continua. Hacer las cosas por Dios es levantarme cada mañana y sonreír porque tengo una razón para ponerme en marcha. Pero, sobre todo, hacer las cosas por Dios, indica la forma de realizar ese camino.

 

Hacer las cosas para Dios es saber para quien dirijo mis pasos, es saber cual es el fin y para qué sirven esos pasos. Y en este sentido es cuando vuelvo a descubrirme en los pensamientos y acciones de aquellos discípulos de Emaús, desanimados, cabizbajos, desorientados, atentos, acogedores, entusiasmados, alegres, confiados.

 

¿Qué es el buen ejemplo? Pienso que es la forma de hacer ese camino, el modo cómo hacer camino y desde ahí encontrar el fin. Dar buen ejemplo no es proponerse hacerlo, sino ser ejemplo, con las acciones que realizo, de lo que creo. Y en ese buen ejemplo hay mucho de confianza y mucho de coherencia. Y pase lo que pase seguir ese camino se debe convertir en eje de nuestra vida, debe ser el único objeto de nuestro respirar. Y hacerlo viviendo con normalidad, con fallos y despistes, con sinceridad, sin preocuparnos por nada más que hacerlo lo mejor que sepamos. Ese es el sentido de ser buen ejemplo.

 

El ejemplo atrae más que las palabras. Esta es la razón de porqué hacerlo, de porqué dar buen ejemplo. Estas palabras de la Madre Cándida deberían estar escritas con letras grandes para que de vez en cuando podamos recordarlas, porque podemos llenarnos la boca de palabras y llenar de palabras los oídos de los que están con nosotros y no servir para nada si no hay después una coherencia con lo que hacemos. Por eso la Pascua nos debe llevar a ser buenas personas de ejemplo. Algo así ocurriría en Galilea y otros sitios, con los discípulos después de la resurrección. Pocas palabras tenían, pero el gran ejemplo y el gran corazón, hablaban por ellos.

 

Hoy, festividad entre otros de Santa Aitana, es un buen día para agradecer la vida una preciosa nieta que inunda de alegría cada rincón. Y hoy, como tantos otros días, es un buen día para vivir como personas a las que se les nota que Cristo resucitado ha pasado por sus vidas.

 

¡¡Jesús vive!!! ¡¡Buena Pascua!!! Que nuestros hechos hablen de nuestra fe.

Antonio Grau

Murcia

Lee aquí completa la carta 445 de la Madre Cándida