Todo un Dios que vela por sus hijos, que se preocupa por todo lo que les pasa, que cuida y protege. Ese es Dios. Ese es el Dios al que la Madre Cándida le confía su vida y todo lo que hace. Y también es el mismo que Lucas nos contaba ayer sobre cómo volvió a su pueblo, después de estar unos días por Galilea. Y allí, cumpliendo como se debe cumplir, leyó al profeta Isaías y habló del Espíritu Santo y de su propia persona.
Y ¿cómo vela Dios? Yo diría, a bote pronto, que vela desde la libertad. Nos deja hacer, nos deja acertar y, por supuesto, nos deja equivocarnos. Me vienen a la mente tantas noticias de padres que tras un acontecimiento trágico no se separan del escenario hasta que termina todo (como el caso de Julen). Allí están, pendientes de todo lo que acontece, haciéndose preguntas sobre su hijo.
Dios siempre acompaña y lo hace desde nuestra libertad de hijos. Ese es el Dios de verdad, ese es el padre de verdad. No podemos poner un vigilante de seguridad a cada hijo, tenemos que ayudarles a utilizar las herramientas de una persona y si en algún momento hay algún error, hagamos como el padre que salía todos los días a buscar a su hijo.
Hoy celebramos la festividad de Santo Tomás de Aquino. Mi felicitación a todos los compañeros que hoy tienen fiesta, sobre todo a los de Secundaria, pero también a todos los maestros que se unen a esta fiesta. Aquí algunas de sus frases:
“El alma se conoce por sus actos”.
“Teme al hombre de un solo libro.”
“Justicia sin misericordia es crueldad.”
Pero sobre todo hoy quiero hacer mención a un país: Panamá, a un hecho: las JMJ, y a una persona: el Papa Francisco. Y aquí me gustaría insertar la homilía de esta mañana o de ayer (Una llamada a decir “Sí” sin vueltas) donde les decía a los jóvenes la importancia de cuidar las raíces y de no tener miedos, donde agradecía el compartir de algunas personas que habían expresado su testimonio. Os animo a buscarla y escucharla (pincha aquí). Es uno de esos momentos de claridad y fuerza para seguir el camino. Y es donde descubres que Dios sigue velando por sus hijos. El Papa hablaba, en un momento de su homilía, de los santos, y decía que fueron personas que “miraron a su alrededor con los ojos de Dios». Yo creo que la Madre Cándida miró con los ojos y el corazón de Dios para fundar la Congregación de las Hijas de Jesús. Y, como decía el Papa, “no tuvo miedo de crear una comunidad donde vivir y sentirse amado”, “dio raíces” a muchas jóvenes de aquella época y sigue dando raíces a tantos jóvenes y adultos hoy también. Y eso deberían ser los colegios, porque “cuando hay una comunidad, calor de hogar donde echar raíces, brinda la confianza necesaria y prepara el corazón para descubrir un nuevo horizonte”.
Hoy vela de una forma especial por Julen y por tantos que pierden su vida en accidentes o buscando un lugar mejor para vivir.
Antonio Grau
Murcia