…con una atención especial a la juventud – «Instrumentum Laboris» sínodo sobre los jóvenes
28 junio, 2018
Alborada 2-7-18: Madres – por Silvia Rozas FI
2 julio, 2018

PERLA ESCONDIDA EN LA CARTA Nº 407

Carta nº 407     Marzo 1911

“… procuremos desagraviar a nuestro buen Jesús de tantas ofensas como recibe”

Siempre escuché que en el centro está la virtud y siempre he intentado equilibrar las balanzas que la vida ha ido colocando a lo largo de mi camino. No siempre lo he conseguido, pero casi siempre lo he intentado. Hoy la Madre Cándida toca un asunto delicado. Pero no hay que evitarlo.

Hace tiempo que buscaba una respuesta al tema de la migración, al enrevesado movimiento de personas donde cada uno tiene su papel, a la respuesta a las mafias y a la necesidad de sobrevivir, al papel de algunos políticos de postureo y la voz de la Iglesia. Y a muchas otras variables que se me escapan. Buscaba respuesta y no solución, pues no la sé. Pero buscaba. Hoy he encontrado algo interesante que quiero compartir:

Hermanos: Ya que sobresalís en todo: en la fe, en la palabra, en el conocimiento, en el empeño y en el cariño que nos tenéis, distinguíos también ahora por vuestra generosidad.
Bien sabéis lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo: siendo rico, por vosotros se hizo pobre, para que vosotros, con su pobreza, os hagáis ricos.
Pues no se trata de aliviar a otros pasando vosotros estrecheces; se trata de nivelar. En el momento actual, vuestra abundancia remedia la falta que ellos tienen; y un día, la abundancia de ellos remediara vuestra falta; así habrá nivelación.
Es lo que dice la Escritura: «Al que recogía mucho, no le sobraba; y al que recogía poco, no le faltaba.»

Pablo habla claro cuando hablaba a los Corintios. Y con esa misma claridad habla hoy. ¿Puede ser este un camino de solución? Se trata de nivelar.

La Madre Cándida, ante esta situación de desagravio a Jesús (pues lo que hicisteis a uno de estos, a mí me lo hicisteis) daría respuestas como las dio en Burgos, y probablemente, se plantaría y aportaría soluciones para seguir haciendo lo que su conciencia le pide. No soy quien, para decir, lo que diría. Nunca. Pero si digo que hay que desagraviar la falta de humanidad con acciones humanas que, nivelando la vida de todos, podemos ayudar.

Y sin pretender aportar soluciones, si quiero aportar algo que me brota cuando oigo estas noticias. Recuerdo siempre que hay pueblos abandonados por falta de personas que quieren cuidar la tierra y vivir allí. Y pienso si, con las adaptaciones necesarias, podría ser una solución para todos. Igual es una locura porque se me pasan muchos aspectos que podrían ser contraproducentes, pero algo es algo. Y también pienso en el proverbio que decía algo así sobre dar un pez a un hambriento, y que era mejor enseñarle a pescar. ¿Y si hacemos las dos cosas?

No es fácil, lo sé. Y además parece que hablar de este asunto pueda acarrear críticas, lo sé, pero aún sabiéndolo y aceptando todo, creo que hay soluciones. Quizá me tenga que conformar con dar soluciones a los que puedo, a lo cercano, pero algo es algo.

Mi admiración y respeto a todos aquellos que voluntaria y calladamente están ayudando a personas, están haciendo que este llamado “asunto”, sea más humano, personal, cercano y dando luz a tanta gente buena que necesita esa mano amiga. Puede que estén nivelando este mundo, como decía Pablo. Y a ellos mis GRACIAS.

Antonio Grau

Murcia

Lee aquí la carta nº407 de la Madre Cándida