El Covid-19 nos ha puesto la vida «patas arriba» y ha desbaratado de un plumazo nuestros planes y ritmo cotidiano. Aplaudimos, y no es para menos, a sanitarios, dependientes, fuerzas de seguridad, voluntarios y a todas las personas que, con gran sentido de la responsabilidad, se quedan en su casa para no agravar la situación. Agradecimiento eterno a tanto héroe anónimo que hace, simplemente, lo que tiene que hacer en un momento de emergencia.
Luego están esos pocos que salen a la calle sin necesidad, se desplazan a otros lugares, actúan como si esto no fuera con ellos y se jactan de actuar así. Pues a estos «valientes» les recomiendo la primera lectura de hoy. Es del 2º libro de los Reyes, los versículos 1 al 15 del capítulo 5 (2 Re 5, 1-15a).
Naamán, general del ejército del rey sirio (no judío, pagano) era un hombre muy valiente pero estaba enfermo de lepra. La criada (esclava israelita) de su mujer le recomienda que vaya a ver al profeta Eliseo para que le libre de su enfermedad. Después de otras historias, Eliseo manda a decirle que se bañe siete veces en el Jordán y su carne quedará limpio.
Cuenta que Naamán se dio media vuelta y se marchaba furioso… Quería algo más «extraordinario». Menos mal que sus siervos, de nuevo, pusieron cordura y le dijeron:
«Señor, si el profeta te hubiera prescrito algo difícil, ¿lo harías?» …
No te cuento el final pero te invito a leerlo.
Tú, «valiente» que sales a la calle porque dices que no pasa nada… Si te hubieran pedido hacer algo difícil, ¿lo habrías hecho? Pues, si quieres contribuir con nosotros a vencer al coronavirus, haz lo fácil, quédate en casa, por favor. Y, si es posible, deja que los que dependen de ti también lo hagan.
Mª José Fernández, fi
@mariajose_hdj
Desde Madrid