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«Para elaborar un relato justo de la situación, debemos escuchar a los migrantes más que a los políticos»

Este domingo, la Iglesia celebró la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. Alberto Ares, delegado del sector social de la Compañía de Jesús en España, analiza para Alfa y Omega cómo acogemos a los inmigrantes y refugiados, cómo se siente en ellos y las propuestas de los jesuitas

Desde el sector social de la Compañía de Jesús iniciasteis la campaña de hospitalidad con los migrantes… ¿Necesita nuestro país un impulso en este sentido?

La campaña Hospitalidad.es nace desde como un intento de responder al drama y también a la riqueza que aportan tantosmigrantes y refugiados. Frente a la parálisis y la hostilidad europeas ante la situación de las personas migrantes, incluyendo a las personas refugiadas, hacemos un llamamiento a tomar conciencia y a movilizarnos.

La Compañía de Jesús en el mundo tiene como una de sus prioridades el acompañamiento, la atención y la defensa de las personas migrantes y refugiadas. No es algo que nos es ajeno, pues llevamos muchos años realizando esta labor. Tanto el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), como nuestras obras de cooperación internacional –Entreculturas y Alboan–, y las instituciones que trabajan con menores y familias en riesgo de exclusión, llevan muchos años realizando estas tareas. Es desde esta misión y desde la situación actual tan dramática que viven en el mundo millones de personas desplazadas, desde donde intentamos dar una respuesta que ponga la vida y la dignidad de las personas en el centro. Una respuesta que intenta ser integral, trabajando en red con muchas instituciones y colectivos, sobre cuatro pilares: acogida, cooperación, sensibilización y educación, e incidencia.

Creemos que es posible manejar las migraciones de una manera digna y humana. España y la Unión Europea pueden convertirse en un ejemplo de gestión de las migraciones que garantice el bienestar y derechos de las personas migrantes, incluyendo a los refugiados, garantizando al mismo tiempo sus libertades internas.

Asimismo, España sigue desatendiendo sus obligaciones de acogida a través del reasentamiento y reubicación de refugiados. Por eso, a tu pregunta creemos que nuestro país necesita un fuerte impulso.

Supongo que conocen de primera mano cómo son acogidos los migrantes cuando llegan a España… ¿Cómo se sienten ellos?

Cansados de tantos periplos y tragedias que les ha tocado vivir en la vida y en el camino, y a la vez ilusionados por un futuro mejor; traumatizados por la incompresión, por la vulneración de derechos que muchos han padecido, por las guerras, el hambre y opresión, pero profundamente agradecidos cuando encuentran una mano y una comunidad donde desarrollarse y sumar con otros. Nuestra vida, como la de los migrantes, viene cargada de sentimientos encontrados en muchas ocasiones.

Lo que tenemos muy claro es que, las personas migrantes son portadoras de esperanza. Esperanza de un mundo en paz, de que es posible una vida mejor. Al llegar a Europa, buscan seguridad y trabajo, pero, sobre todo, reconocimiento y respeto. Una sociedad que se cierra sobre sí misma se envilece, se empobrece. Una sociedad que se abre a la posibilidad del encuentro y a la diversidad, se enriquece. Hay mucha riqueza que nos traen las personas migrantes y de las que, con una actitud abierta, podemos además aprender mucho de ellas. Son personas que sufren, pero también son portadores de fuertes valores como la familia, la necesidad de trabajar duro en la vida o el convencimiento de que es posible salir adelante hasta en situaciones muy difíciles. Asimismo, ellos también pueden aprender mucho del encuentro con la sociedad europea. Es necesario, conocer y escuchar las preocupaciones e intereses de las personas que han abandonado sus hogares para elaborar un relato más justo que el que escuchamos muchas veces a nuestros políticos, centrado en el cierre de fronteras.

Continúa leyendo la entrevista a Alberto Ares en Alfa y Omega