En 1924, cuando Luz Casanova fundó las Apostólicas del Corazón de Jesús, soñaba una congregación en la que las hermanas debían vivir “escuchando el murmullo de los pobres”, en escuelas o albergues en los barrios más deprimidos. Presente el carisma en Perú, Bolivia, México, El Salvador, República Dominicana, Angola, Italia y España, en Madrid, desde 2007, se encarna en la Fundación Luz Casanova. Y lo hace con un sinfín de respuestas a todo tipo de problemáticas, en proyectos como un centro de día (al que accedieron, en 2015, 1.273 personas en exclusión) o un hogar para mujeres solas o con menores a su cargo (atendiendo en 2016 a 69 mujeres y 42 menores). La entidad es, además, referente en la lucha contra la violencia de género.
Una acción esta que también realizan desde muchas perspectivas, siendo el último eslabón un centro de emergencias de la red municipal en el que ofrecen alojamiento protegido a víctimas. Así lo explican a Vida Nueva en la sede de la Fundación varias trabajadoras. Elena Valverde, responsable del Área de Igualdad, señala que han seguido un proceso natural: “En nuestro albergue-comedor, ya hace 20 años, se detectó que muchas de las mujeres padecían violencia de género. Para dar una respuesta concreta, aunque ya en esos años se acompañó a las víctimas, en 2002 nació nuestra casa de acogida, con profesionales técnicos, psicólogos o educadores”. De ahí han surgido el resto de programas, en una acción global que integra todas las edades y situaciones posibles, trabajando además mucho en la prevención.