Este año, nuestra navidad ha tenido aún más color. La hemos celebrado con los voluntarios de Cáritas y con un grupo de chicos africanos musulmanes de los asentamientos. La preparamos sin saber muy bien cómo iban a responder a nuestra invitación. Nosotros, jugamos con ventaja, les prometimos paella de arroz. No entendían bien qué celebrábamos pero si sabían que estábamos de fiesta y queríamos compartir con ellos nuestra comida. Empezaron a llegar tímidamente, primero uno, después tres y pronto hubo que ampliar la mesa. Les explicamos que para nosotros, Jesús era muy importante y que aparece también en el Corán. Algo entendieron, pero frente al plato de arroz, no hacía falta muchas explicaciones, todo quedaba en familia. La familia que ellos tienen muy lejos y que de alguna manera, nosotros sustituimos en muchos momentos: cuando están enfermos, cuando tienen que actualizar algún papel, cuando tienen frío. La comida incluía regalo, gorro y bufanda para todos y la promesa de volver a repetir el arroz de vez en cuando.
Enri Seva, FI
Alcarrás