Ayer, día 30 de julio, todos nos pusimos en movimiento para viajar a nuestros lugares de origen. Todos volvemos a casa agradecidos por lo vivido y con muchas invitaciones personales para seguir trabajando en el día a día. Ya no somos los mismos que hace quince días. Hemos formado una nueva familia.
El sábado fue un día diferente. Nos levantamos más tarde, pudimos descansar por la mañana. Por la tarde, dedicamos tiempo personal para recoger la experiencia de estas dos semanas y después tuvimos una emotiva y profunda celebración en la capilla del colegio Virgen de la Paz.
«Rematamos» el día con la participación de la Eucaristía en Los Almendros. Fue una verdadera fiesta, nos sentimos parte del barrio y agradecimos a Dios por lo vivido.
Suscribo las palabras de Naike en su muro de facebook a los participantes de #magisrompiendofronteras ´17:
«Dando MUCHAS GRACIAS al Señor por haber compartido este campo de trabajo #magisrompiendofronteras con este grupo de jóvenes. Gracias por vuestras búsquedas, por querer vivir la VIDA a fondo y en autenticidad, aprendiendo que la vida nos la jugamos en las cosas sencillas y en los pequeños detalles. Gracias por apuntaros a vivir la vida de otro modo, aprendiendo de Jesús, su modo de escuchar, hacer y tratar a las personas. He sido testigo de vuestra entrega con los niños gitanos en Los Almendros, de vuestras ganas de ayudar y sacar lo mejor. Ahora toca volver a nuestros lugares, pero vamos distintos.
Sabéis que todos tenéis un lugar en mi corazón. Seguimos muy unidos.»
También quiero aprovechar para agradecer especialmente a mis compañeras Hijas de Jesús de Almería (Comunidad Piedras Redondas y Roquetas de Mar) por su gran acogida, por facilitarnos tantas cosas, por acompañarnos. También al Colegio Virgen da la Paz, que nos ha facilitado sus instalaciones, por el trabajo realizado para acogernos y hacernos sentir en casa.