Imagínate que un día decides dejarlo todo y subirte a un barco para dar la vuelta al mundo. Imagínate que lo haces, sobre todo, porque el capitán de ese barco te parece una persona fascinante y enigmática. Lo cierto es que nunca nadie te ha tratado como este capitán: te trata con profunda amabilidad y respeto y, a la vez, es exigente y conoce todas tus posibilidades. No tardas en darte cuenta que la decisión más acertada de tu vida ha sido comenzar este viaje y conocer a este capitán. No lo dudas ni aun cuando las dificultades aparecen: el viaje se hace largo y las provisiones y el combustible comienzan a ser escasos. Pero este barco, con este capitán, sigue firme hacia su destino. (sigue leyendo aquí)