La muerte no es el final del camino
Hoy, Jueves Santo, primer día del Triduo Pascual, vuelvo a mi mesita y encuentro una de esas canciones de siempre, pero que en estos días se convierte en especial. Y es diferente porque habla de que no somos testigos de un muerto, no somos seguidores de un muerto.
La muerte no venció a la vida, ni vence a la vida, porque sencillamente, no es el final del camino, no es el final de la Semana Santa. Puede pasar que nos quedemos en la procesión del sepulcro, donde se ve a Jesús muerto. Puede pasar que el recuerdo de estos días acabe con la crucifixión, pero nada más lejos de la realidad, aunque, sin duda, todo el dolor de estos días es tan real como la misma resurrección.
Somos testigos de Jesús resucitado, de Jesús que vive.
Y hablando de camino, decía la M. Cándida que “sin cruz no se va a ninguna parte”. Cuánta razón tenía, cómo sabía ella de caminos y del camino bueno. El sufrimiento es parte de la vida, pero no es el final de nuestra vida, no es el final del camino.
Muchas han sido las versiones desde 1991 cuando Cesáreo Gabaráin compuso esta obra de arte dentro del álbum “al atardecer de la vida” (conocida frase de San Juan de la Cruz). Pero en mi mesita se quedó la versión del coro Cantaré. ¿Quién es Cantaré?
“Cantaré a Dios es un proyecto musical cristiano católico, que surge del
deseo de darle un toque diferente a lo, convencionalmente, conocido como música
católica, valiéndose para ello de un concepto musical que combina estilos: lo
acústico, la balada, el rock y el latín, con arreglos y sonidos modernos.
El proyecto está hecho por jóvenes católicos que
creen fervientemente en la Palabra de Dios y que han puesto toda su energía y
dones musicales a disposición de Dios y de su Iglesia para llevar el mensaje de
salvación a tantos fieles como sea posible mediante un estilo juvenil.
Nuestro objetivo es dar a conocer la Buena Nueva
de Jesucristo a través de la música, ayudando a los fieles a orar por medio del
canto ya que muchas veces una canción ayuda mucho más que las palabras, y
queremos propiciar que sea una canción la que comience una conversación sin
final con Dios, recordando lo grande y perfecto del amor de Dios e invitando a
la reflexión sobre la vida de fe”.
Porque no somos carne de un ciego destino.
Porque nuestro destino es vivir.
Porque buscamos en la fe, la esperanza.
Porque confiamos en tu palabra.
Porque nos regalaste la vida.
Porque queremos caminar a tu lado, por todo ello, cantamos.