34 horas de vuelos y escalas. Google Maps me calcula en torno a 12.000 kilómetros largos. Estas distancias te ponen en tu sitio. Acostumbrado a pensar que uno es «de aquí, de Madrid», darte cuenta de que en Pemba la mayoría no saben ni dónde se sitúa Madrid en el mapa te da perspectiva.
A punto he estado de no traer foto hoy (nota mental: asegurar la foto antes de que caiga el sol), así que os dejo la fachada de la que por 15 días va a ser mi casa. Estos días soy «de aquí, de Pemba». Y qué bonito es. Tiene una enorme bahía y el agua es de color zafiro muy transparente. Me han recibido con pan de queso y cerveza local. En Pemba tenemos buena cerveza, eso es así.
Ya tengo un primer esbozo de plan durante estos días. Prefiero no destripar nada de momento.
Para que mi ignorancia no se quede a vivir conmigo he bombardeado a Pilar a preguntas cuando me ha sacado a conocer el lugar y ella ha respondido a todas con paciencia. Aunque me huelo que en una de estas me tira de la furgoneta. Yo lo haría.
Pablo M. Ibáñez
(@Blitomi)