Paso dos veces por semana por Zaldibar y aledaños : «up to date», el alud del vertedero.
Aparte consideraciones técnicas de geólogos e inspectores, me ha hecho pensar.
Algo habrá estado desajustado, ahí dentro, que ha estallado en tierra descontrolada que se desmorona, invade y aplasta. Y metano y amianto; incendios y gases tóxicos… Dos trabajadores siguen sin aparecer.
Zaldibar, maravilla de entorno natural que admiro siempre que paso, por su armonía de llanos y montañas, su río cercano, el Ego que se abraza al Deva para alcanzar el mar, su hábitat sencillo y sus dispersos caseríos en su siempre verde joven… Reposada y complacida contemplación!
Esa armonía silente, de repente, agredida brutalmente. Viral en las redes. Análisis de expertos. Broncas diatribas políticas también…
Ahí está la catástrofe, y el aire emponzoñado de consecuencias nocivas para la población cercana de Eibar Ermua etc…
Por otra parte me llega por WhatsApp un iceberg: punta blanca que emerge y mucha mayor parte sumergida, que sólo la cámara acuática me la hace ver.
Y una pregunta que ilustra la imagen: ¿qué sabes tú de los demás? Y añado: ¿y de nosotros mismos?
Qué bien nos hace cuando hacemos un stop, cogemos el volante de nuestra vida y podemos bucear, interiorizar y llegamos a diagnosticarnos sentimientos, intenciones, recelos, decisiones, ilusiones, omisiones… toda esa barahúnda que no está a flor de piel y que puede estallar en alud por donde no sospechamos ni quisiéramos…
El evangelio de hace unos días, Mc. 7,14¬23, ¡Jesús, ya nos alerta que desde dentro de nuestro hondón salen cosas tóxicas…!
Teresa Zugazabeitia F.I.