La Puerta Santa se ha cerrado pero el Papa quiere que la misericordia siga presidiendo la vida de la Iglesia. El domingo firmó la carta apostólica Misericordia et misera donde anuncia numerosas iniciativas para dar continuidad al Año de la Misericordia y este miércoles celebró una nueva audiencia general en cuya catequesis continuó con sus reflexiones sobre las obras de misericordia.
En concreto, Francisco habló de enseñar al que no sabe. «Pensemos por ejemplo en tantos niños que todavía sufren deanalfabetismo. No se puede entender que en un mundo donde el progreso científico y técnico ha llegado tan alto existan niños analfabetos», dijo el Santo Padre. «Sin instrucción se convierten en presa fácil de la explotación y de las diversas formas de lacras sociales», añadió. «Es una condición de gran injusticia que atenta contra la dignidad de la persona».
Al contrario, cuanto «más crece la instrucción» las «personas adquieren más certezas y conciencia» y de esto «todos tenemos necesidad en la vida».
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