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Desconectar para conectar

Casi sin darme cuenta aquí estoy de nuevo, comenzando otra vuelta al Sol, que en mi caso es la cuadragésimo primera. Y aunque la última ha tenido sus momentos más o menos complicados, me siento agradecido por haberla completado, a pesar de que aún no he conseguido ver nada interesante cerca de las puertas de Tannhäuser. Y quería aprovechar la oportunidad de este post para compartirlo.

Así que de nuevo, a punto del solsticio estival, que esta vez parece que viene tórrido, me encuentro preparando la mochila de propósitos para cuando podamos coger unos días de descanso familiar.

La verdad es que echar la vista atrás, en estos tiempos donde la velocidad de la red convierte cualquier cosa en suspiros efímeros tiene algo de aventura, es más que nada un ejercicio de valentía. Buscar el post en el que compartía una lista similar hace tan solo 12meses es casi como hacer arqueología en el alto Nilo. Han pasado una infinidad de cosas desde entonces. Se han publicado una infinidad de cosas.
Para los que estamos inmersos en el mundo académico este es un momento mágico, el cierre de una etapa, la evaluación de la misma, la recolección de algún plantón sembrado y la creación de una nueva lista de propósitos para el interludio veraniego (que no todo tienen por qué ser vacaciones). Así que mientras nuestros jóvenes, y los no tanto, descansan y desfogan un poco de la rigidez de los tiempos, los horarios, las tareas, las idas y venidas e incluso de las mismas ubicaciones, me gustaría compartir con todos ustedes mi nueva lista de propósitos estivales como una actualización de la anterior:
  • En primer lugar: desconectar para conectar. Abrir un paréntesis diferente en el que pasar un tiempo desconectado de lo rutinario intentando conectar o reconectar con lo más extraordinario: aquello a lo que no dedicamos todo el tiempo que nos gustaría. El precio es alto, el tiempo libre es muy limitado, pero merecerá la pena. Recuperemos la sana costumbre de vernos en persona y disfrutar del contacto visual, del intercambio gestual, y de la risa ruidosa, en contraposición a las redes sociales, las herramientas de mensajería y los emoticonos.

Continúa leyendo la lista de Isaac Seoane en entreParéntesis