Beatriz Neff es licenciada en Ciencias Religiosas. Pertenece a la Congregación Hijas de Jesús, actualmente vive en Almería, en el barrio de Piedras Redondas.
Ejerce como profesora de Religión y coordinadora del Equipo de Acción Evangelizadora del colegio Stella Maris. También es miembro del Equipo de Ayuda a la Comunicación de la Provincia. «Colaboro con este proyecto porque descubro que compartir inquietudes, sueños, reflexiones y deseos es un camino de crear comunión y amistad», señala. En este capítulo Beatriz reflexiona sobre el valor de una vida y sobre el racismo que pasa desapercibido por nuestro lado. Bienvenidos a esta aventura llamada VivirFI Radio. Dale play y conecta en nuestro canal de IVOOX.
Texto
¿Cuánto vale una vida? Pues por desgracia… depende… ya lo decía Galeano en su poema… “Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata”… o la rodilla que los asfixia, o la patera que se hunde en nuestro Mediterráneo o la valla de la que caen al saltarla, o el hambre y frío que les acecha en un campo de refugiados, o los productos que respiran en fábricas donde trabajan hacinadas…
¿Cuánto vale una vida? Pues depende… depende generalmente de que sea la mía o no, o la de alguien que considero de los míos… los de mi pueblo, los de mi ideología, los de mi clase social, los de mi… raza… a pesar de que ahora sabemos eso de que solo existe una raza, la raza humana… A pesar de que decimos que los derechos humanos son universales… siempre son más universales los de unos que los de otros…
¿Cuánto vale una vida? Hagamos la prueba del 9. Comprobemos cuánto nos duelen las vidas de los demás. ¿Por quién daría mi vida? ¿Por quién arriesgaría mi imagen? ¿Por quién me ganaría una bronca? ¿Por quién cambiaría mis hábitos de vida y de consumo? ¿Por quién perdería si estoy a punto de ganar? ¿Por quién me levanto cada mañana?
¿Cuánto vale una vida? Vale todo o no vale nada. La dignidad es intrínseca a cada ser humano, toda vida vale lo mismo que las demás… pero hoy todos conocemos a George Floyd porque un policía blanco le hundió su rodilla en la garganta y nuestro corazón lo pintamos de negro… pero no sabemos los nombres de los 219 migrantes muertos en el mediterráneo hasta marzo de 2020, aunque el corazón sigue tiñéndose del mismo color.
¿Recuerdas que lo cantaba Loquillo?: Llevo el negro por los pobres y también por los vencidos puestos contra la pared. Llevo el negro por aquellos que jamás hicieron caso a Cristo al proclamar que existe un camino de Amor y de Piedad: hablo claro, tú me entenderás.
Pues que esto no sea un gesto, que no sea un post, que nos duela el alma y el corazón, que cambiemos nuestras vidas y sintamos el dolor ajeno como propio porque vivamos al otro como nuestro hermano. Eso es lo que hará la diferencia. Eso hará que cambie la respuesta a la pregunta: ¿Cuánto vale una vida?