CONSEJO 42
30 noviembre, 2020
CONSEJO 44
14 diciembre, 2020

CONSEJO 43

43. El empleo de este tiempo: lectura, catecismo, escritura y demás, combinando las horas más oportunas, acomodándose en las horas a las niñas que les vayan viniendo, arreglando las clases de modo que cosan y aprendan bien sin gran fatiga y todas las lecciones determinadas.

                Hace mucho tiempo ya que un amigo me dijo: cada flor florece a su tiempo. Aquel comentario me gustó, me pareció interesante y apropiado a la conversación que estábamos teniendo. Algunas veces lo he dicho, lo he comentado. Hoy es un día donde al releer el consejo me brota como algo que congenia con este consejo de la M. Cándida. Siempre primero la persona, siempre pendiente de la entera persona. Habla de acomodarse a las niñas que vayan viniendo. Me quedo con este consejo. Acomodarse a los demás, no que los demás se acomoden a mí. Que los demás puedan sentirse cómodos con nuestra compañía. Y, por supuesto, no significa dejar de ser como somos. Significa tener la capacidad de ver en el otro a quien necesita acomodo con nuestra compañía.

                Hoy es un día especial. Hoy es 7 de diciembre, víspera de la Inmaculada, víspera del 149 aniversario del nacimiento de la Congregación de las Hijas de Jesús. Hoy es 7 de diciembre y hace un poco de frío, como aquel día en Salamanca, aquel 7 de diciembre de 1871. Hoy es un día para parar el tiempo y dar gracias. Cada uno desde lo que tenga que agradecer, desde lo que quiera agradecer. Y hoy quiero agradecer que las Jesuitinas aparecieran en mi vida aquel enero de 1984 para hacer una sustitución en el colegio Santa María de la Paz. Quiero dar gracias por enseñarme quien era la M. Cándida, quien era aquella niña del caserío, que unos años después escuchó de su padre: donde Dios te llame. Y que un poco de tiempo después, con lo puesto, se fio de Dios para fundar la Congregación de las Hijas de Jesús, hoy casi en todo el mundo.

                Hoy, al atardecer, hace 149 años llegaba a Salamanca desde Valladolid una joven, cargada de ilusión y confianza. Allí le recibió la ciudad con un “cielo plomizo y casi grises las piedras doradas”. Allí, en la plaza Mayor tuvo lugar el encuentro. Y desde allí a la casa de San José, pasando por la Clerecía. Yo creo que este es un paseo obligatorio si vas a Salamanca. Al atardecer, desde la plaza Mayor hasta la calle Gibraltar. Mirando esas calles que siguen casi igual, pensando en aquel momento, escuchando lo que tu corazón siente y dando gracias por el bien recibido.

                La eucaristía de ayer nos abría la puerta al segundo domingo de Adviento y nos animaba el profeta Isaías a confiar a saber que “el Señor nos dará la lluvia y nuestra tierra dará su fruto”. Como hijo de agricultor y ahora como agricultor aficionado doy fe de que Dios siempre hace llover cuando se necesita, y que muchas veces que crees que él no llover es mejor, descubres que no es así. Sólo es cuestión de paciencia y confianza. Lo que es seguro es que el Señor siempre nos muestra su rostro en forma de misericordia. Y como dice el apóstol Pedro “tiene mucha paciencia porque no quiere que nadie muera”. Por eso nos anima, en boca de Marcos, a preparar el camino del Señor, no a preparar el camino al Señor. Nos anima a ser testigos del camino que ya recorrió el Señor hace algo más de 2000 años. Esa es la clave para esta semana intensa. Prepararemos el camino del Señor, el camino de vida y esperanza, el camino de alegría, de hermandad. Hemos sido bautizados con Espíritu Santo, por eso nuestra vida debe responder a algo más que agua.

                Seamos personas que sepan acomodarse a las necesidades de los demás, que sepamos acomodar nuestra vida a aquellos que nos puedan necesitar. Seamos de esas personas que hablen con su vida, a pesar de cómo nos vayan las cosas de esta vida.

                Feliz vigilia esta noche a las 21,00. Feliz inicio del año jubilar.

Feliz día de la Inmaculada.

¡Viva la M. Cándida!