«Aplausos» – Capítulo 17 – VivirFI Radio
1 abril, 2020
Brotes de Solidaridad
3 abril, 2020

Brote de primavera

El 2 de abril de 1869, como tantos días, Juan Josefa Cipitria y Barriola acudió al altar del Rosarillo. Sin embargo, ese día fue especial. En él vivió un Encuentro que le dio la luz que necesitaba para expresar su determinación de ser solo para Dios. En esa intuición confluyó la que también había sentido Miguel de San José Herranz, sj.

Ese momento transformó la vida de esta joven de 24 años que, a partir de ese instante, comenzó a hacer realidad el encargo que Dios le había hecho: La educación cristiana de la niñez y juventud y con ella buscar su mayor gloria.

BROTE DE PRIMAVERA. Valladolid, 2 de abril de 1869

Primavera de una intuición,  
deseo del corazón,
brote tierno de compromiso.

Fuego en las entrañas.
Miedos que atenazan
y cortan la respiración.
Sombras que se desbaratan
y se entierran con decisión.
Intuición que se nombra
y se convierte en visión.
Diálogo intenso,
silencio denso,
fe aquilatada en oración.  
 
Encuentro fraterno,
palabras que muerden en la garganta
y se transforman en determinación.
Escucha activa y honda,
estímulo para la acción.
Luces que destilan Reino,
encandilan la pasión.
Ánimo incansable y firme,
ímpetu sin cultivo,
letras que se asimilan con ardor. 
Esfuerzo que mueve
los hilos de la imaginación.

 
Primavera vallisoletana,
primavera que explosiona la vida
y riega los sueños.
Primavera que impulsa el riesgo
y empuja con resolución.
Primavera de juventud que atesora un encargo
y compromete a un corazón.  
Primavera que encierra un deseo
que se encarna en misión.
 
Primavera de un anhelo, 
esperanza de transformación, 
brote sereno de educación. 

Fuego en las entrañas.
Miedos que atenazan
y cortan la respiración.
Sombras que se desbaratan
y se entierran con decisión.
Intuición que se nombra
y se convierte en visión.
Diálogo intenso,
silencio denso,
fe aquilatada en oración.  
 
Encuentro fraterno,
palabras que muerden en la garganta
y se transforman en determinación.
Escucha activa y honda,
estímulo para la acción.
Luces que destilan Reino,
encandilan la pasión.
Ánimo incansable y firme,
ímpetu sin cultivo,
letras que se asimilan con ardor. 
Esfuerzo que mueve
los hilos de la imaginación.
 
Primavera vallisoletana,
primavera que explosiona la vida
y riega los sueños.
Primavera que impulsa el riesgo
y empuja con resolución.
Primavera de juventud que atesora un encargo
y compromete a un corazón.  
Primavera que encierra un deseo
que se encarna en misión.
 
Primavera de un anhelo, 
esperanza de transformación, 
brote sereno de educación. 

Mª Rosa Espinosa FI, Madrid

1 de abril de 2020