Será muy probable que en este lunes 17 de Octubre nos hayamos trasladado a Roma pasando, una vez más, por el corazón, aquel acontecimiento vivido a lo largo y ancho del mundo donde hay miembros de nuestra gran familia.
Sentimos la emoción de ver a Cándida María de Jesús aclamada por la Iglesia oficial y por tantas personas que nos sentimos vinculadas a ella, y a su causa, como santa.
A la distancia de los años el recuerdo puede traernos algunas preguntas que nos ayudan a estrechar nuestros vínculos cordiales, con el centro puesto en ella que nos indica el camino y a afinar cada vez más nuestro compromiso de identidad y misión compartidas.
¿Cómo nos sigue inspirando esta mujer para ir hasta el fin del mundo?
¿Para vivir la alegría de dar a conocer a Jesús?
¿Para dejar entrar en la casa de nuestro corazón a los más pobres y necesitados?
¿Para derribar muros y fronteras que nos cierran en nuestro pequeño mundo y escuchar los gritos y susurros de quienes nos reclaman atención y cariño solidario?
Aprovechemos este aniversario para que la fecha no quede en el pasado sino que podamos dar actualización renovada al acontecimiento, empujando los deseos y sueños que anidan en nuestro corazón, de llevar adelante la herencia que nos dejó Cándida María de Jesús, mujer de intrépida audacia, de fe constante, de pasión por encontrar y cumplir la voluntad de Dios, de esperanza y confianza a pesar de todo y contra todo… su mensaje sigue siendo actual y urgente en los tiempo apasionadamente “recios” que nos toca vivir.
María Luisa Berzosa fi