Cristian Gallegos es integrante del equipo de comunicación de las Hijas de Jesús. En esta edición de nuestro podcast VivirFIRadio nos invita a reflexionar sobre esos ángeles desconocidos que llegan a la vida de las personas para dar una mano en tiempos de crisis. Es una suerte de reconocimiento y agradecimiento para aquellos que nos sorprenden y que sin recompensas están. Dale play y conecta en nuestro canal de IVOOX.
Texto:
La vida es un ir y venir de momentos, ya sean buenos o malos. Muchas veces nos vemos ahogados sin ver alguna luz al final del túnel. El agobio y el miedo nos limita a todo. Es cuando toca respirar, buscar ese rincón de paz y darle un poco de melodía para amortiguar los duros momentos. Hacer esta especie de terapia cansa y muchas veces se retrocede, te acuestas y vuelves a dormir, sin esperanza de nada. La catarsis llega, sangras y duele. Hay que vivirla.La reinvención es la clave para esas encrucijadas mañanas donde te acuerdas del mal y duele hasta despertar. En un principio es un ejercicio íntimo y personal que te hace avanzar a pasos milimétricos, evidentemente, como estás mal no los percibes, pero avanzas. Buscas esa felicidad que en imágenes se ve tan “idealizada” y que por lo demás dura tan poco, pero eso es un avance. Creas y organizas tus planes en base a lo que te puede desconectar. Estás avanzando cada vez más y no te das cuenta. Cumples los planes y los ejecutas. Te vas resolviendo.
El momento malo es como una herida: duele, cicatriza y cierra. Hay que vivir el proceso de recuperación. Todo esto suena a una buena receta para sentirte mejor y cae en el cliché de manual de autoayuda. Pero al avanzar te das cuenta de que esta suerte de sentidos figurados construye tu futura paz y calma. Te vas convirtiendo en un guerrero/a.
Ya te pusiste la mascarilla de emergencia, ahora toca a los demás. Es en este momento cuando te empiezas a estar más lúcido y ves todo lo que has construido alrededor. Llegan los ángeles desconocidos que, sin saber de ti, sin nada a cambio, te dan una mano, una esperanza de que la vida se construye con gestos, con contenciones, con una caricia y si tienes suerte un abrazo que te recuerde a ese caldo de sopa que te repone y que te protege de ser vulnerable.
Ahora toca cuidarlos, valorarlos y sentir que son un regalo de vida.
Ya eres libre: agradeces, perdonas y deseas el bien. Ahora puedes volar más alto que el mismísimo Juan Salvador Gaviota.