5 de julio: feliz presencia de nuestro querido P. HERRANZ: su «dies natalis» en aquel 1819.
Miguel, fue su nombre… «quién como Dios?». De veras que la fortaleza y fidelidad de Dios se nos manifestaron en él. Y se derramaron en la mínima Congregación que nacía entre penurias y dificultades
Estamos celebrando la experiencia del Rosarillo, 150 anos. También el nacimiento del P. Herranz: segundo centenario de su nacimiento.
Con la M.Cándida, compartimos su alegría, sobre todo.
Y el apoyo, y el agradecimiento, y el venerado respeto; y la confianza, y el cariño filial que le brotaban en ese su gran corazón, derramándose en aquellos versos que le escribió, tan sencillos como sinceros; intensos, como ella era:
«Hora para mí feliz
Llega ya… no tardes tanto
No me obligues a sufrir
Tanto dolor y quebranto
Mi corazón solo anhela
Solo me anima el deseo
De ver a mi P. Herranz
Que es mi continuo desvelo
Tal género de placer
Cuando me pongo a pensar
Parece no he de poder
La alegría soportar
Mi corazón angustiado
Suspira por el que ha sido
Testigo de mis travajos (sic)
Pano de lágrimas mío
Ay, Enè, si yo pudiera
Como yo lo he deseado
En águila transformarme
Y volar hacia tu lado!
Como allí con voz sonora
Te contara mis penitas,
Mis sobresaltos, mis cuitas
Y cosas que tú, no ignoras
Tu corazón es el templo
Es el arca salvadora
Donde encerró sus secretos
Esta pobre Fundadora…
Pues tú solo saber puedes
Y acertaras(sic) de contado
Al describir las escenas
Que entre los dos han pasado»
Su letra autógrafa continúa…
«Cándida María (sic), muy de corazón
A su Padre Herranz…»
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